Premio al Talento Mayor
El viento del invierno se colaba silbando entre las tablas de la humilde vivienda de don Óscar, allá por los años sesenta. Adentro, sus ocho chiquillos tiritaban de frío. Un lunes el hombre pidió permiso en el aserradero de Ranguelmo y viajó a Concepción, de donde regresó cargado de diarios. Con su mujer hicieron engrudo y empapelaron las paredes. Ya no se filtró el viento, y lo más entretenido para todos fue descubrir un nuevo juego: quién encontraba más rápido en la pared la palabra que dictara uno de los jugadores. Varios mejoraron sus notas en la escuelita del poblado.
Carlos Oyarce, 70 años
Concepción
Ilustración: Manuel Rivera