JUGAR CON TIERRA

Mención Honrosa

El trumao de Coelemu, el maicillo del Huracán, la altura?de Calama, campo de juego en la cima del cerro Caracol. Canchas y metros cuadrados donde el rey que vi fue el Chalo, delantero del Flecha que celebraba como Diego y Caszely. Con el puño en alto, posesionado del territorio de 120 x 90. En muchas donde se llora, se abraza, se grita. Se guapea. Se ama. Gané mucho, y no hablo del marcador, que en el barrio no existe. Yo sí jugué con tierra. En los ojos, en las rodillas, marcadas con sangre y cicatrizadas en la piel.

Gonzalo Espinoza, 33 años
Tomé

Ilustración: Francisco Muñoz